Bajar de peso, es un desafío que debemos encara, cada día. ¿Y si pudiéramos hacerlo desde el mismo momento en que nos levantamos? Aquí, unos consejos.
Todos oímos, en algún punto de nuestras vidas que el desayuno es el alimento más importante del día. Lejos de encontrarnos ante un cuento de abuelas y tías viejas, el refrán es respaldado por numerosos estudios que demuestran el modo sostenido en que se puede bajar de peso, en aquellos que toman un buen desayuno, regularmente. Mientras que las personas que sólo beben una taza de café, creyendo que así evitan las calorías, tienen que sentarse y planear su dieta, nuevamente.
Cuidando los tiempos
El fundamento del desayuno radica en que, nuestra anterior comida, fue hace unas 10 horas. Necesitamos alimentarnos, para poner en marcha el metabolismo y permitirle trabajar normalmente, ese día. Si no ingerimos alimentos por largos períodos de tiempo nuestro organismo, al contrario de trabajar en la quema de grasas, tiende a generar más. Alimentándose de nuestra energía, para tal fin. Peor aún, si te saltas el desayuno; y recuerda que tu cena fue hace 15 horas, tu organismo acumulará mayor cantidad de grasa. Esto debido a que, por la irregularidad con que le estás ingiriendo energía, tu cuerpo no sabe cuándo será la próxima vez que lo recargues y necesita guardar reservas.
Combustible para el resto del día
El desayuno, provee de combustible a tu cuerpo y le da energías para el resto del día. Sin esta comida o con un desayuno inadecuado, como una simple taza de café, no cabe duda que te sentirás somnoliento por el resto de la jornada. Alimentarnos saludablemente, desayunando de forma nutritiva proveerá a tu cuerpo de elementos esenciales, así como de las fuerzas para poder atravesar exitosamente, tu dura jornada. Una comida matutina, cargada de proteínas, puede mantenerte fuerte y evitar que estés comiendo golosinas a lo largo de todo el día. Se ha demostrado que este alimento mejora la concentración, así que también trabajarás más eficientemente.
Evita la comida chatarra
Aquellos que no desayunan, muestran signos de no ser saludables, debido al mal consumo y quema de calorías. Si te saltas ese momento del día, claramente sentirás hambre a media mañana, convirtiéndote en depredadora de cuanta chatarra aparezca en tu camino. Lo clásico es que, por causa de la baja cantidad de azúcar y calorías en tu sangre, se te antojen alimentos que te provean exageradas cantidades de ambas. Ten cuidado, mejor busca alimentos bajos en ambos elementos y engaña al estómago, hasta que llegue el almuerzo. ¡Recuerda que estás buscando bajar de peso!
Elije sabiamente
Un buen desayuno es, en muchos aspectos, un modo de decirle a tu cuerpo y mente que tendrán un muy buen día. Cuando empiezas con una nota saludable, te aseguro que seguirás de ese mismo modo, hasta la noche. Por otro lado, si empiezas con tortas, pastel y café, no hay que ser adivino para saber que no harás ningún esfuerzo para alimentarte saludablemente, el resto de la jornada.
El mejor desayuno para bajar de peso
- Alto en fibra y proteína, bajo en grasa y azúcar. Un desayuno ideal que te ayude a bajar de peso y dejarlo allí debajo, tiene que contener altas cantidades de fibra y proteínas, lo que también ayudará a mantener tu tanque lleno por largas horas. También debe ser bajo en grasas y azúcar. Una alta cantidad de estas últimas, por las mañanas, te darán un buen empuje inicial. Pero terminarás por necesitar más, muy pronto. El mejor desayuno debe ser balanceado. Una combinación de grupos alimenticios, con una gran variedad de vitaminas y minerales. Intenta evitar aquellas comidas llenas de calorías y con pocos beneficios nutricionales, como pasteles, cereales con azúcar, o (si te gustan los desayunos continentales) tocino. Si puedes, incluye alguna fuente alta en carbohidratos con fibras complejas, grasa proteínica y fruta, o verdura, para lograr una mañana bien equilibrada.
- El tamaño, si importa. También esto debe tomarse en cuenta, para bajar de peso. Si comes porciones muy grandes, seguirás ganando peso. Lee las etiquetas de los productos envasados y averigua que cantidad debe llevar una porción, así también, como cuantas calorías estás comiendo con ellas. Si es necesario, pesa y mide tu primera porción, para saber cómo se y puedas repetirlo a ojo, cada mañana. La cantidad necesaria para ti, dependerá de tu tamaño, peso, estado físico y la actividad que desempeñes. Es hora de visitar a tu médico para que revise estos consejos y te recomiende las medidas y cantidades apropiadas para mantener saludable tu cuerpo.
- Café y jugo, moderadamente. Además de la comida, las bebidas también pueden sumar una gran cantidad de calorías. En ocasiones, este dato es dejado de lado, por aquellas personas que quieren bajar de peso. Los jugos, poseen una gran cantidad de vitaminas, pero también de calorías. Deberían ser reemplazadas por una fruta fresca que te dará más fibra y mucho menos calorías que el jugo. ¿Quieres menos calorías? Prueba con el jugo de verduras. Con respecto al café, sólo bebe el que te puedas servir en tu casa. En los comercios suelen vender versiones altamente endulzadas y ya, de por sí, es una bebida con alto contenido graso y calórico.
Recomendaciones para tu desayuno
- Harina de avena, hecha con leche descremada y acompañada por un plátano u otra fruta.
- De 3 a 4 gramos de fibra, cereales bajos en azúcar, yogurt natural descremado, leche descremada y una fruta.
- Un sándwich, con pan con granos, 2 tocinos de pavo, tomate, lechuga y un toque de mayonesa baja en grasa.
- Una tortilla con dos huevos, champiñón, pimientos y hierbas. Acompáñalo con una rodaja de pan integral.
- Pan integral tostado con mantequilla de maní y una fruta.
- Batido bajo en grasa con leche descremada, futras secas o congeladas y yogurt descremado. Agrega una cucharada de fibra.
- Huevos escalfados con espinaca y pan integral tostado.
- Yogurt con poca o nada de grasa, agrégale frutos secos y una pizca de muesli natural.